19/10/08

Programa Nº 11 Tema Depresion y Suicidio

Una de las enfermedades consideradas de moda "La Depresion" fue tema del programa "A Través del Espejo" La Conductora Lic. Dalila explica desde el Psicoanlasis. Depresion y Psicoanalisis

Las Co-Conductoras Lic. Roseli Bogado y Lic Myrian Yacquet, cada una respectivamente hablaron sobre las consecuencias, causas, sintomas y de otras patologias que desencadenan la Depresion
¿Qué es una Depresión o cuando llamamos depresión? El trastorno depresivo es una enfermedad que afecta el organismo (cerebro), el ánimo, y la manera de pensar. Afecta la forma en que una persona come y duerme. Afecta cómo uno se valora a sí mismo (autoestima) y la forma en que uno piensa. Un trastorno depresivo no es lo mismo que un estado pasajero de tristeza. No indica debilidad personal. No es una condición de la cual uno puede liberarse a voluntad. El depresivo está enfermo de su voluntad, y desgraciadamente los familiares y amigos, para estimularlos le piden “¡Tené Voluntad!”, lo que tortura al paciente depresivo pues la enfermedad se caracteriza por ausencia de la misma (no pueden, no es que no quieran). Se les recomienda que salgan de vacaciones, sin saber que el depresivo llevará su depresión en la maleta. Las personas que padecen de un trastorno depresivo no pueden decir simplemente "ya basta, me voy a poner bien". Sin tratamiento, los síntomas pueden durar semanas, meses e incluso años. Sin embargo, la mayoría de las personas que padecen de depresión pueden mejorar con un .tratamiento adecuado. Características descriptivas y trastornos mentales asociados. Los sujetos con un episodio depresivo mayor se presentan a menudo con llanto, irritabilidad, tristeza, rumiaciones obsesivas, ansiedad, fobias, preocupación excesiva por la salud física y quejas de dolor (p. Ej., cefaleas o dolores articulares, abdominales o de otro tipo). Durante un episodio depresivo mayor algunos sujetos presentan crisis de angustia con un patrón que cumple los criterios del trastorno de angustia. En los niños puede presentarse una ansiedad por separación. Algunos sujetos refieren problemas en las relaciones personales, interacciones sociales menos satisfactorias o problemas en la actividad sexual. La consecuencia más grave de un episodio depresivo mayor es la tentativa de suicidio o el suicidio consumado. El riesgo de suicidio es especialmente alto para los sujetos con síntomas psicóticos, historia de tentativas de suicidio previas, historia familiar de suicidio consumado o consumo concomitante de sustancias. También puede haber una tasa aumentada de muertes por enfermedades médicas. Los episodios depresivos mayores a veces van precedidos de algún estrés psicosocial (p. Ej., la muerte de un ser querido, la separación matrimonial, el divorcio). El parto puede precipitar un episodio depresivo mayor. Los síntomas de un episodio depresivo mayor suelen desarrollarse a lo largo de días o semanas. Antes de que comience puede haber un período prodrómico con síntomas ansiosos y síntomas depresivos leves, que puede durar semanas o meses. La duración de un episodio depresivo mayor también es variable. Lo habitual es que un episodio no tratado dure 6 meses o más, independientemente de la edad de inicio. Causas de la Depresión La depresión puede ser de tipo reactivo (de afuera) o endógeno (de adentro). En el primer caso, constituye la respuesta hacia un estímulo externo que ocasiona duelo -la muerte de un ser querido o la pérdida de un trabajo-; sin embargo, cuando éste no logra superarse, se transforma en depresión y pierde relación con el estímulo inicial. En el segundo caso, se trata de procesos que nada tienen que ver con la realidad, la persona simplemente se deprime sin existir una causa real. Una tercera postura es la que considera que en una depresión pueden estar implicados ambos factores, tanto endógenos como exógenos, en distintas proporciones en los distintos pacientes. Realmente es difícil encontrar una alteración física que no afecte al estado de ánimo y viceversa.
El estado de ánimo y el cuerpo solo se pueden desgajar teóricamente.La base bioquímica y neurofisiológica de ambos tipos, sin embargo, es la misma, siendo el tratamiento farmacológico similar para los dos casos. Aunque no existe ningún antidepresivo que logre efectos antes de tres semanas, y ello parece deberse a la plasticidad del cerebro. Es necesario que el fármaco actúe durante algún tiempo para que las neuronas modifiquen la actividad de los receptores de la membrana, y en ocasiones el enfermo no puede esperar. Algunos tipos de depresión tienden a afectar miembros de la misma familia, lo cual sugeriría que se puede heredar una predisposición biológica. Esto parece darse en el caso del trastorno bipolar. Los estudios de familias con miembros que padecen del trastorno bipolar en cada generación, han encontrado que aquellos que se enferman tienen una constitución genética algo diferente de quienes no se enferman. Sin embargo, no todos los que tienen la predisposición genética para el trastorno bipolar lo padecen.
Al parecer, hay otros factores adicionales que contribuyen a que se desencadene la enfermedad: posiblemente tensiones en la vida, problemas de familia, trabajo o estudio. En algunas familias la depresión severa se presenta generación tras generación. Sin embargo, la depresión severa también puede afectar a personas que no tienen una historia familiar de depresión. Sea hereditario o no, el trastorno depresivo severo está a menudo asociado con cambios en las estructuras o funciones cerebrales: Disminución del metabolismo del área prefrontal izquierda del Cerebro.
Situación que se normaliza luego de los diferentes tratamientos.Las personas con poca autoestima se perciben a sí mismas y al mundo en forma pesimista. Las personas con poca autoestima y que se abruman fácilmente por el estrés están predispuestas a la depresión. No se sabe con certeza si esto representa una predisposición psicológica o una etapa temprana de la enfermedad. SINTOMAS El síntoma más característico de la depresión es que el paciente se siente como hundido, con un peso agobiante sobre su existencia, sobre su vitalidadque cada vez lo entorpece más y más para vivir en plenitud.
Los síntomas principales que la definen son:
Tristeza patológica: Se diferencia de la tristeza, que puede ser un estado de ánimo normal como la alegría, cuando alcanza un nivel tal que interfiere negativamente en la vida cotidiana, tanto en lo social como en lo familiar y lo sexual. Aarece sin motivos o tras un acontecimiento significativo. Es una sensación muy profunda, arrasadora. Tanto, que el paciente se siente "en baja", tal como si hubiera perdido el sabor, el placer de vivir. Se considera incapaz de brindar amor o afecto, lo cual aumenta sus sentimientos de culpa. Un dato tremendo: el 15% de los deprimidos termina suicidándose.Desgano y anhedonia: el sujeto se torna apático, no tiene ganas de nada (ni siquiera de vivir) y nada le procura placer Ansiedad: es la acompañante habitual del deprimido, que experimenta una extraña desazón, como un trasfondo constante. Cuando la ansiedad prima en el cuadro clínico, estamos frente a una depresión ansiosa. Por lo contrario, cuando predomina la inhibición, se trata de una depresión inhibida; quienes la padecen son personas malhumoradas, irritables, agresivas. Insomnio: al paciente le cuesta conciliar el sueño y, además, se despierta temprano y de mal talante.
En algunos casos, que constituyen minoría, puede presentarse la hipersomnia (exceso de horas de sueño).Alteraciones del pensamiento: imagina tener enfermedades de todo tipo; surgen ideas derrotistas, fuertes sentimientos de culpa, obsesiones.
El pensamiento sigue un curso lento y monocorde, la memoria se debilita y la distracción se torna frecuente.Alteraciones somáticas: por lo común surgen dolores crónicos o erráticos así como constipación y sudoración nocturna. Se experimenta una persistente sensación de fatiga o cansancio.Alteraciones del comportamiento: el paciente tiene la sensación de vivir arrinconado, rumiando sus sinsabores.
Puede estar quieto, de manos cruzadas, o explotar en violentas crisis de angustia o en ataques de llanto por motivos insignificantes. Le resulta difícil tomar decisiones y disminuye su rendimiento en el trabajo.Modificaciones del apetito y del peso: la mayoría de los pacientes pierde el apetito y, en consecuencia, provoca la disminución de peso.Pérdida del placer: en lo sexual, se llega a la impotencia en el hombre o a la frigidez en la mujer; también disminuye y tiende a desaparecer el contento en el trabajo, en el deporte y en los juegos y otras actividades que anteriormente le eran gratificantes.Culpa excesiva: siente con exceso la carga de una culpa inexistente, lo cual puede desembocar en delirios.Pensamiento suicida: los pacientes presentan una preocupación exagerada por la muerte y alimentan sentimientos autodestructivos.Disminución de la energía: se produce un cansancio injustificado, a veces con variaciones durante el día, muy a menudo más acentuado por la mañana. Las personas afectadas suelen sentirse más fatigadas por la mañana que por la tarde. Consecuencias de la Depresión Demencia de Alzheimer La frecuencia de depresión en los pacientes de Alzheimer es muy variable, oscilando entre el 1 y el 90%. Diferencias metodológicas y de criterios aparte, la depresión es muy frecuente en estos enfermos 19 . Se han realizado gran número de estudios con la finalidad de detectar la relación que existe entre sintomatología afectiva y el mayor riesgo de demencia en pacientes depresivos detectándose depresión previa a la aparición de deterioro cognitivo en el 44% de los casos. Dichos estudios hasta el momento arrojan resultados contradictorios. Parece que hubiera un grupo de pacientes que, tras un cuadro depresivo con alteraciones cognitivas leves, fueran configurando un cuadro demencial 20 Depresión y SIDA Los hombres VIH positivos pueden tener niveles bajos de testosterona lo cual a su vez puede causar disminución en los niveles de energía, pérdida del deseo sexual y sentimientos de depresión. Los niveles de testosterona pueden medirse fácilmente mediante un análisis de sangre, y si estos son anormalmente bajos, se debe utilizar una terapia de reemplazo hormonal. Sustiva , que es un medicamento para tratar el VIH, puede causar varios efectos secundarios de tipo psicológico. Si su depresión coincide con el inicio de una terapia con Sustiva y se vuelve severa o dura más de unas pocas semanas, debería considerar la posibilidad de cambiarse de terapia para ver si la depresión mejora. En etapas avanzadas de la enfermedad del VIH sintomática, ciertas infecciones oportunistas, así como el VIH mismo, pueden afectar al cerebro de tal manera que se produzcan síntomas de depresión. Todavía lo indicado es el uso de los antidepresivos, aunque primero debe diagnosticarse el problema subyacente, y de ser posible, tratarse. . La terapia de apoyo hablada no tiene que durar mucho tiempo.Los grupos de apoyo también pueden ser útiles para muchas personas VIH positivas con distimia. Hablar con personas que comparten y verdaderamente entienden sus problemas podría reducir los sentimientos de aislamiento y desespero. La medicación con antidepresivos es la manera más rápida de aliviar la depresión mayor y definitivamente es lo indicado para la depresión severa que está asociada con pensamientos de suicidio y/o una perturbación importante en el funcionamiento de la vida diaria. Una medicación apropiada puede aliviar sus síntomas y permitirle que siga adelante con su vida. Los medicamentos también pueden funcionar para las distimia. Aunque la mejoría parezca menos dramática que en la depresión mayor, podría llevar a una significativa mejoría en su vida. El mejor tratamiento tanto para la depresión mayor como para la distimia es una combinación de medicamentos y terapia hablada. Numerosos estudios muestran que tanto la psicoterapia como los medicamentos son muy eficaces para tratar la depresión. Un estudio reciente (así como una gran cantidad de experiencia clínica) indica que probablemente la combinación de los dos es más eficaz para tratar la depresión. Cuando está presente una fuente importante de estrés, tales como los problemas relacionados con el VIH, usted tiende a aceptar al estrés como inevitable, entendible e incambiable—y por consiguiente, inapropiado para ser tratado mediante una terapia. Sin embargo, por el solo hecho de conocer la fuente del estrés, no significa que debe descartarse el tratamiento. Entendemos que un brazo puede fracturarse debido a la tensión de una caída; pero aún así, ponemos yeso para que el hueso sane. ¿Algunos de estos medicamentos interactúan con los medicamentos contra el VIH o tienen efectos secundarios inusuales en alguien que tenga la enfermedad del VIH? ¿Cómo afectan mi sistema inmunológico? En general, no hay problema en tomar un antidepresivo de este grupo en combinación con los medicamentos contra el VIH. Sin embargo, si usted está tomando el inhibidor de la proteasa Norvir ( ritonavir ) o Kaletra ( lopinavir+ritonavir ), debe tener ciertas precauciones especiales. El Ritonavir actúa aumentando la cantidad de otros medicamentos en el organismo. Esto es particularmente problemático con el Wellbutrin , debido a que puede causar convulsiones si la dosis es muy alta. El ritonavir puede aumentar el desarrollo de la ansiedad y la agitación como efectos secundarios del Serzone . Por lo general no es problema con los otros antidepresivos, aunque podría requerir una dosis más baja de lo usual. Su psiquiatra deberá saber qué otros medicamentos está tomando usted. Si el o ella no son expertos en el tratamiento de pacientes con VIH, deberán consultar con su médico de atención primaria para asegurarse de que la combinación no sea dañina. Si usted tiene síntomas de la etapa avanzada de la enfermedad del VIH, podría estar más propenso a desarrollar efectos secundarios de los varios medicamentos. Su psiquiatra deberá entonces trabajar en estrecha colaboración con su médico especialista. Depresión y CANCER Existen muchos mitos sobre el cáncer y de la manera en la cual las personas se enfrentan a este, tales como: todas las personas con cáncer están deprimidas, la depresión en una persona con cáncer es normal; los tratamientos no ayudan, todas las personas con cáncer sufrirán y padecerán una muerte dolorosa. La tristeza y la pena son reacciones normales a las crisis que hay que enfrentar durante una enfermedad de cáncer. Estas reacciones las experimentarán periódicamente todas las personas. Ya que la tristeza y la depresión son comunes, es importante distinguir entre los grados normales de tristeza y los trastornos depresivos. Una revisión de un artículo reciente del panel de consenso sobre la postrimería-de-la-vida, describe los detalles relacionados con esta importante distinción Un elemento crítico en el tratamiento del paciente es el poder reconocer los índices presentes de depresión para poder establecer el grado apropiado de intervención, que podría abarcar desde una consejería breve, a grupos de apoyo, medicación o psicoterapia. Por ejemplo, la relajación y la intervención mediante la consejería ha mostrado que puede reducir síntomas psicológicos en aquellas mujeres con un nuevo diagnóstico de cáncer ginecológico. Algunas personas pueden tener más dificultad en ajustarse al diagnóstico de cáncer que otros, y variarán en la forma de responder al diagnóstico. La depresión mayor no es simplemente tristeza o falta de ánimo. Esta afecta aproximadamente a un 25% de los pacientes y tiene síntomas reconocibles que pueden ser diagnosticados y tratados, lo cual es algo que hay que hacer, debido a que esta tiene un impacto en la calidad de vida. Generalmente, la respuesta emocional inicial de la persona al diagnóstico de cáncer suele ser breve, con una duración de varios días o semanas, y puede incluir sentimientos de incredulidad, rechazo o desesperación. Esta respuesta es normal y parte de un espectro de síntomas depresivos que van desde la tristeza normal, a un trastorno de adaptación de humor deprimido, hasta una depresión grave. Otros de los síndromes descritos incluyen la distimia y la depresión subclínica o depresión Menor. La distimia es un trastorno afectivo crónico durante el cual la persona se siente desanimada la mayor parte de los días por al menos 2 años. En contraste, la depresión subclínica es un trastorno de la afectividad agudo pero menos severo (en esta se presentan algunos, pero no todos los síntomas de diagnóstico) de una depresión mayor. La respuesta emocional al diagnóstico de cáncer o a una recaída podría comenzar con un período disfórico, marcado por un aumento en la agitación. Durante este tiempo el individuo experimentará trastornos del sueño y del apetito, ansiedad, cavilaciones y temor al futuro. Sin embargo, estudios epidemiológicos indican que al menos la mitad de todos las personas diagnosticadas con cáncer se adaptarán satisfactoriamente. Algunos indicadores de lo que podríamos considerar una adaptación exitosa son: mantenerse activo en los quehaceres cotidianos; tratar de reducir al mínimo el impacto que tiene la enfermedad en los papeles que a diario desempeñamos, como el de padre, esposo, empleado etc. y tratar de regular las emociones que le son normales a la enfermedad; y manejar los sentimientos de desesperanza, desvalidez, inutilidad o culpa. Los indicadores de riesgo podrían señalar que es necesario efectuar una intervención temprana: antecedentes de depresión; sistema precario de respaldo social (soltero, pocos amigos, ambiente laboral solitario); indicios de persistentes creencias irracionales o pensamiento negativo respecto al diagnóstico; pronóstico más grave; y mayor disfunción relacionada con el cáncer. Cuando el médico clínico comienza a tener sospechas de que un paciente está deprimido, hará una evaluación de sus síntomas. Aun en ausencia de síntomas, muchos pacientes manifiestan interés en la terapia de apoyo, y el personal sanitario debería tratar de referir a estos pacientes a un profesional en salud mental calificado. Sin embargo cuando estos síntomas se intensifican, se tornan duraderos o recurrentes, después de haber aparentemente desaparecido, es esencial que se sometan a tratamiento para aliviar los síntomas. La ansiedad y depresión al principio del tratamiento son buenos indicadores de que estas volverán a presentarse en 6 meses. Las pacientes con cáncer de mama en una fase no muy avanzada que desarrollan depresión al conocer su diagnóstico tienen más riesgo de fallecer. En el caso de un cáncer en fases más desarrolladas, la enfermedad es más mortífera entre las mujeres que padecen depresión antes de conocer su diagnóstico. La relación entre el momento de la depresión y la fase del cáncer es «difícil de explicar», aunque existen numerosos factores que pueden influir en ella.Sin embargo, los mecanismos exactos por los que la depresión interactúa con el cáncer de mama, se desconocen. La depresión post-diagnóstico incrementa la mortalidad entre los casos de cáncer poco avanzados, aunque su influencia es prácticamente nula en los tumores más avanzados. Mientras que la depresión anterior al diagnóstico provocaba un mayor riesgo de mortalidad entre las mujeres con tumores más grandes y mayor dispersión de la enfermedad. Este hecho es invariable independientemente de la edad de la paciente o del tratamiento que estuviese recibiendo contra el cáncer. A pesar de ello,se admite que serían necesarios nuevos trabajos con más información sobre otras posibles enfermedades de las mujeres, sus hábitos de alcohol y tabaco, o posibles diferencias socioeconómicas Carcinoma de páncreas La anorexia, pérdida de peso y dolorimiento difuso son a menudo los únicos síntomas y cuando no existían procedimientos diagnósticos con técnicas de imagen llevaron al diagnóstico de un cuadro depresivo Tumores del SNC Las manifestaciones psiquiátricas de los tumores SNC pueden ser la primera presentación en un 20% de los tumores cerebrales supratentoriales, y en un 5% de los infratentoriales 3 . Los tumores frontales y temporales de crecimiento lento son los que más se asocian a síntomas afectivos, apatía y depresión. El diagnóstico se realiza por la presencia de déficit neurológicos asociados a la sintomatología depresiva. Los tumores frontales resultan especialmente silentes, y los síntomas que los pacientes presentan suelen ser muy inespecíficos. Los pacientes suelen expresar apatía, indiferencia y dificultad para iniciar actividades. Aunque dependiendo de la localización se suele asociar impulsividad y desinhibición. Algunos autores refieren que los tumores frontales del hemisferio derecho se asocian más frecuentemente a euforia, mientras que los del hemisferio izquierdo lo hacen a depresión. Depresión Pos-Parto “Se trata de una mujer joven, con un cuadro clínico típico de depresión, que debuta al poco tiempo de que su suegra sea intervenida de un cáncer de ciego. Ella es la cuidadora de la convalecencia de su suegra, con la que está muy implicada emocionalmente. En esas circunstancias, no es de extrañar que su médico de cabecera, interprete como “comprensible en el contexto”, tanto la aparición de un cuadro de depresión reactiva, como las posibles “somatizaciones” por su identificación con la suegra convaleciente, de la que ella cuida. La presencia del DIU, hace que la propia enferma encuentre como justificadas sus molestias abdominales, hasta el punto que está pensando en acudir a su ginecólogo para extraerlo. La derivación al psiquiatra es razonable, ya que se trata de un primer episodio depresivo en una mujer joven, con unas ideas aparentemente hipocondríacas de carácter obsesivoide, que está “empeñada en que va a tener lo mismo que su suegra”. Que el psiquiatra confirme el diagnóstico, entra también en el terreno de lo comprensible: visita breve, el va a lo psíquico, ajusta como cree oportuno el tratamiento antidepresivo y da por supuesto que de lo orgánico se ocupará su médico de cabecera. Podemos pues, hablar de “comprensible”, “razonable”, “lógico”,... cada uno ha actuado según ciencia y conciencia, y no hay reproche alguno que hacer. Pero lo cierto es que sin saberlo, estamos ante una paciente muy especial. Especial, porque con 42 años, está agotando sus últimos ocho meses de vida. Y cuando se piensa en la posibilidad de la naturaleza orgánica real del cuadro, ya no hay solución médica para su problema. Ante casos como el comentado, el médico se hace repentinamente consciente de sus enormes limitaciones. Es un bofetón a su pretendida seguridad. Se llena de dudas, de inseguridad, de desconfianza. ¿Qué comenzó antes, el cáncer o la depresión ?. ¿El cáncer era la consecuencia de la depresión o la depresión una más de las manifestaciones del cáncer ?. ¿O quizás la depresión pudo inducir de alguna manera la aparición del cáncer ?. ¿Fue uno consecuencia de la otra o la otra consecuencia del uno ?. ¿O tal vez su coexistencia era simplemente debido al azar ?. ¿Seguro ?. No. En medicina, con harta frecuencia, dos y dos suman veintisiete. ¿Alguno de los médicos que intervino a lo largo del proceso, pudo actuar de un modo más idóneo con la paciente ?. No lo sé, sinceramente, no lo sé. Tal vez.”
Depresión y Riesgo de Suicidio, Otro momento de mucha discusion durante el programa La mayor parte de los que tienen ideas suicidas
están, además, deprimidos. Los dos principales motivos por los que una persona se deprime son, en primer lugar, la pérdida del control sobre su situación vital y sus emociones y, en segundo lugar, la pérdida de toda visión positiva del futuro (desesperación). Ante la depresión y las ideas suicidas que de ella derivan sólo puede resultar eficaz una terapia que ayude a recuperar el control y la esperanza. La depresión hace que nuestra visión del mundo circundante se estreche hasta tal punto que llegamos a distorsionar la realidad. Nos fijamos únicamente en los aspectos negativos de la vida, y los positivos los pasamos de largo como si no tuvieran importancia alguna o, sencillamente, no existieran. La enfermedad psiquiátrica con más riesgo de suicidio es la depresión (entre un 10 y un 15%). Los momentos de la enfermedad con más riesgo, son cuando disminuye la inhibición y la melancolía (empiezan a mejorar) o cuando se inicia la depresión. Los tres síntomas de la depresión relacionados con el suicidio son: - Aumento del insomnio- Abandono del cuidado personal- Aumento del deterioro cognitivoExisten varias opiniones sobre la significación de los síntomas psiquiátricos en el paciente suicida, aunque la mayoría de las revisiones nos indican que en una proporción del 70%, los intentos de suicidio presentan una condición depresiva que es fácil de reconocer. Los depresivos endógenos corren mayor riesgo que los depresivos reactivos, los intentos de suicidio son impulsivos, pueden decidirse una hora antes. Son especialmente comunes entre las mujeres menores de 35 años (más entre 15 y 24 años), los hombres lo hacen en edad más avanzada. Por clases sociales es más común en las más bajas, pero más efectivo entre las clases altas y grupos profesionales de alto estatus económico. No hay ninguna clase o tipo específico de persona que pueda tener la seguridad de no albergar jamás pensamientos suicidas.
Los médicos, los terapeutas y los adolescentes ocupan los primeros puestos en las estadísticas de suicidios consumados; si bien parece que en personas con firmes convicciones religiosas es más infrecuente el intento de suicidio. La depresión se da más en el sexo femenino. La depresión se da en la mujer con una frecuencia casi el doble de la del hombre. Factores hormonales podrían contribuir a la tasa más alta de depresión en la mujer. En particular, los cambios del ciclo menstrual, el embarazo, el aborto, el periodo de posparto, la premenopausia y la menopausia. Muchas mujeres tienen más estrés por las responsabilidades del cuidado de niños, el mantenimiento del hogar y un empleo. Algunas mujeres tienen una mayor carga de responsabilidad por ser madres solteras o por asumir el cuidado de padres ancianos. Los investigadores han encontrado que las mujeres de alguna manera están protegidas debido a que sus hormonas, como la progesterona, surten el mismo efecto experimental que las drogas antidepresivas un estudio reciente demostró que las mujeres predispuestas a padecer del síndromepremenstrual (SPM) severo se alivian de sus síntomas físicos y anímicos (por ejemplo depresión) cuando se les suprimen sus hormonas sexuales con una medicación. Si se deja de dar dicha medicación, las hormonas se reactivan y al poco tiempo los síntomas vuelven. Por otro lado, a las mujeres sin SPM, la supresión temporal de las hormonas no les produce ningún efecto. Diagnostico diferencial de la depresión Depresión mayor (endógena). Aparecen al menos cuatro de los siguientes síntomas y durante más de dos semanas: alteración del apetito, del sueño, de la actividad psicomotora, del funcionamiento cognitivo, de la energía física, pérdida de la sensación de placer, sentimientos de culpa e ideación suicida. Pueden aparecer también síntomas sicóticos congruentes o no congruentes con el estado de ánimo. Son frecuentes los antecedentes personales de episodios depresivos similares (50%) o de otras características, así como de ansiedad o angustia. Igualmente es frecuente encontrar antecedentes familiares de depresiones mayores, trastornos bipolares o alcoholismo; y antecedentes biográficos de ambientes familiares caóticos o pérdidas parentales tempranas. Trastorno bipolar, fase depresiva. En la evolución previa de la enfermedad han existido uno o varios episodios de características maníacas. En sus antecedentes familiares aparecen con muy alta frecuencia trastornos bipolares o unipolares. Trastorno distímico . Coincide aproximadamente con los diagnósticos clásicos de neurosis o personalidad depresiva. Los síntomas son menos intensos pero más crónicos y responden peor a las terapéuticas farmacológicas. Pocas veces están asintomáticos desde el inicio del trastorno aunque pueden sufrir exacerbaciones relacionadas con sucesos externos. En sus antecedentes destacan síntomas neuróticos desde la infancia, así como problemas desadaptativos y de relaciones interpersonales mantenidos crónicamente. También refieren ambientes familiares conflictivos en su desarrollo biográfico. No está demostrada una mayor incidencia familiar. Trastorno adaptativo con estado de ánimo depresivo . Surge desencadenado por un estrés claramente identificable que ha tenido lugar en las últimas semanas. La reacción desaparece bien por desaparecer el suceso desencadenante o por alcanzar el paciente un nuevo nivel adaptativo en su funcionamiento. Duelo no complicado. Se trata de una reacción normal frente a una pérdida afectiva importante. A veces pueden aparecer síntomas semejantes a la depresión mayor, principalmente ideas de culpa (centradas en no haber hecho lo suficiente por la persona fallecida; nunca tienen características delirantes). También ideas de muerte, más como deseo de reunirse con la persona fallecida que como deseo de quitarse la vida. Sólo si se prolonga un tiempo superior a seis meses o alcanza una intensidad invalidante se considera que se ha complicado con depresión y se tratará como tal. Depresión secundaria a problemas somáticos y medicamentosos. La clínica puede ser indistinguible de una depresión mayor y la rapidez de su desarrollo depende de la causa: es habitualmente rápida si el origen es un fármaco y lenta si se trata de una enfermedad somática. Depresión y terapia sistémica. Las depresiones en el ciclo vital, que pueden tomar en el inicio formas de crisis depresivas, aunque en su evolución, pueden devenir en estados depresivos. Son aquellas que se producen en relación con la transición entre etapas del ciclo vital y acontecimientos inherentes a éstas (que no obstante pueden ser en ocasiones inesperados). Son "previsibles pero no se pueden evitar". Todas las problemáticas de depresión que puedan surgir aquí estarán en relación con dificultades de adaptación del individuo y de la familia. Surgirán narraciones de tipo depresivo en las que posiblemente "cualquier tiempo pasado fue mejor" o "cualquier tiempo pasado fue peor" de cualquiera de ambas maneras puede estancarse el proyecto vital individual y familiar. CASOS Es el caso de aquella mujer que llega a nuestra consulta manifestando características síndrómicas de tipo depresivo, en relación con sentimientos de soledad. Sus hijos ya no la necesitan, y su pareja de tantos y tantos años (de gratos recuerdos) sigue haciendo lo mismo que hacía años, antes de que ella se quedara tan sola. O el caso de otra mujer que, en la misma situación se siente triste porque su proyecto familiar se ha terminado con la salida de sus hijos, nunca hubo pareja, bueno si que la hubo, pero sólo recuerda los malos momentos. "Me siento sola...". Mujer de 45 años, casada hace 25, con dos hijos (una hija y un hijo). Su matrimonio no ha sido todo lo bueno que ella hubiera deseado. El responsable de ello es su marido. Los hijos se están emancipando. La hija es actriz. El hijo este año se ha marchado fuera a estudiar. "Le echo mucho de menos". Su marido sigue haciendo su vida de siempre. A ella la casa le viene grande. Su trabajo no la motiva. Se pasa el día llorando, se encuentra sola, triste y desamparada. La vida no le dice nada y no ve salidas. "No tengo a nadie". Sin embargo lo que parece una crisis depresiva en el ciclo vital, se complica. Hace un intento de autolisis, por ello, acude a consulta. Su tristeza, llanto y desinterés por las cosas se torna en rabia. Achaca todos los males a su pasado "duro", con su familia de origen y con su matrimonio. Quiere separarse, pero no puede. Tras el intento de autolisis, la hija ha venido a cuidarla (su trabajo se lo permite). "Desde siempre mis padres han estado como el perro y el gato". "Se pelean y acto seguido mi padre me llama y me dice que va a marcharse de casa, pero que para eso yo tengo que ir a cuidarla". En la entrevista a la pareja todo son recriminaciones del uno al otro, se echan en cara todo lo que pueden, discuten amenazan... hasta que ella llora, se hace un silencio, llega la calma y preparación para el siguiente "asalto".Una crisis depresiva en relación con el ciclo vital, se inserta sobre una situación estructural en la que aparecen "triángulos manipulatorios", constituyendo el anclaje fundamental para las depresiones estructurales (neuróticas).Las depresiones estructurales, que toman la organización de estados depresivos. Se repiten ("o nunca terminan de remitir") sin que ya nadie sepa los motivos ni siquiera intente comprenderlos, generalmente ni el mismo terapeuta que huye "como gato escaldado" de tanta pelea, amenaza, discusión y tristeza (en las mujeres), y tanto alcohol (en los hombres). El otro siempre tiene la culpa, hay una víctima y un victimario (se puede observar la incongruencia jerárquica). Por supuesto ambos piensan que el otro debe de dar el primer paso. Pero el miedo es tal que ninguno se atreverá a darlo. La vida no tiene sentido y cíclicamente terminan sus escaladas simétricas con "amenazas, gestos o intentos autolíticos". Es el campo abonado para la depresión llamada neurótica o distímica ( el rótulo condiciona la definición y ésta al rótulo). A nivel relacional de la pareja y de las familias de origen, es frecuente la existencia de triángulos de tipo manipulatorio que constituyen el anclaje fundamental para las depresiones estructurales: "Cuando las pérdidas, duelos, separaciones se asocian directamente o indirectamente a situaciones de triangulación manipulatoria, la tristeza se convierte en depresión, y deviene en un elemento relacional" (11). No necesariamente se presenta esta situación en parejas, también puede darse en personas solteras con depresión en las que la narración, en muchas ocasiones, se hace tan dominante que se confunde con la identidad; la primera aproximación terapéutica debe consistir en evitar esa confusión, y para ello la herramienta fundamental a utilizar sería fomentar el paso de historias dominantes de claro matiz individual a historias en las que se abra el campo relacional, creando posibilidades de verse, a través y con los demás de manera diferente, y formar así historias alternativas que surgirán de pequeñas microtransformaciones narrativas, y que se irán amplificando y consolidando a nivel histórico-relacional. "Distimia y alcohol". Acuden a consulta en pareja. Así han ido a todos los sitios desde que se casaron "contra viento y marea". Al principio fue todo bien, tuvieron que luchar para subsistir. Ahora han alcanzado un nivel socioeconómico desahogado, tienen un hijo de 10 años, y viven en su "tierra de siempre" con sus familias cerca. Tienen problemas. Él bebe y cuando más embriagado está se vuelve vociferante y autoritario. Ella se angustia, se vuelve irritable, le persigue por los bares y le recrimina en público su conducta. El no se encuentra a gusto. Cuando no bebe se convierte en su ser taciturno, acobardado, triste y huidizo del contacto con la gente. Se encierra en su casa, llora por su impotencia y abandona todas sus tareas habituales. No necesita que le cuiden, sino que le dejen en paz su mujer y también sus padres. Cuando bebe se convierte en déspota, se enfrenta a todo tipo de situaciones, se siente capaz... pero después se siente culpable por su manera de comportarse. Su mujer se lo recrimina, y él no consiente en eso, se irrita, bebe, se va de la casa... hasta que todo llega a ser insostenible. En ese punto buscan a alguien, padres paternos, terapeutas del alcohol, psicólogos, psiquiatras. Él es el agresor y ella la víctima. Llega la calma cuando todo amenazaba con romperse otra vez. Vuelta a empezar. Ambos hacen buenos proyectos futuros. Nunca se vio reconocido por sus padres. No aceptaron su matrimonio. Ahora aceptan a su mujer en la medida en que el se degrada más y más. Ella es su fiel compañera que le ayuda en su misión... Las depresiones y la incapacidad/delegación: En determinados tipos de depresiones, en su inicio o bien a lo largo del tiempo, la historia de incapacidad se prolonga. Se caracterizan por una total y absoluta falta de capacidad para obtener placer y desinterés por el mundo. En este caso, nosológicamente, podríamos hablar de muchos tipos de depresiones que van camino de convertirse en "largas historias" individuales y familiares que obligan a todos los personajes inmersos en la trama depresiva a interpretar sus papeles de acuerdo con ella. En estas depresiones puede ser determinante la existencia de la "triangulación imposible" (11). Siguiendo a J. L. Linares: " Es el efecto de la paternidad deteriorada que cuando se combina con una conyugalidad armoniosa, presenta un frente de rechazo y exclusión que compromete seriamente la nutrición emocional del hijo afectado. Y la carencia es tanto mayor cuanto, precisamente, resulta imposible la triangulación dada la armonía que existe en la pareja parental". Se puede incluir en este grupo las depresiones mayores, las bipolares, recurrentes, y algunas distimias de larguísima evolución (llamadas "endorreactivas"). En ellas es donde la faceta biológica toma especial relevancia en cuanto a la utilización de los antidepresivos. El problema radica en que se utilicen como única herramienta y de manera mecánica sin abrir espacios terapéuticos en los que familia y deprimido puedan construir narraciones futuras alternativas en las que la historia depresiva no sea dominante. A medida que se constituye el cuadro y se prolonga en el tiempo los personajes del relato se adaptarán a sus papeles, así tendremos al depresivo-incapacitado, al cuidador-protector, al médico-terapeuta, etc... Tal vez estas sean las depresiones paradigmáticas en las cuales, con distinta intensidad y calidad, encontramos características que podemos ver en todas y cada una de las múltiples depresiones incluidas en el "espectro depresivo". Depresión e incapacidad total. La necesidad de ser cuidado. Desde la adolescencia tiene crisis depresivas. Se casó. Tuvo tres hijos. Ha casado a varios de ellos. Sólo queda una hija soltera que convive con el matrimonio. Salpicando su historia y la de su familia, aparecen episodios depresivos de intensidad grave, incluso en algunas ocasiones con sintomatología de orden psicótico. Casi siempre todos los intentos de abordaje han sido médico-biológicos, con buenos resultados a corto plazo, pero muy malos a largo plazo. La familia se ha ido configurando entorno a las crisis que cada vez han sido " más largas y de mayor intensidad". Esta última va durando hacia los dos años. No hace nada. Se siente triste, desesperada, tiene miedo de todo. En la casa su hija menor, soltera, ha tomado las riendas. Ha tenido que renunciar a un trabajo en la capital, para quedarse cerca de sus padres y ocuparse del hogar. Tiene un novio con el que no se casa. Todos están "cansados" de ésta historia. Quieren ponerle un final feliz, pero ya no se atreven a pensar ninguno. Se conformarían con "un poco más de lo mismo". "Si la depresión nos abandonara durante un tiempo..." Todos han aceptado sus papeles: la depresiva desesperanzada que nada puede hacer, la hija que renuncia sacrificadamente a su autonomía, el marido al que le ha tocado esta pena tan grande, el médico que da unas pastillas que hacen que el sufrimiento de todos se palie un poco, y haga posible la espera de tiempos mejores... Las cuatro variedades descritas anteriormente, pueden formar un "continuum". Pueden presentarse en relación con acontecimientos inesperados o del ciclo vital y en la medida en que se van incorporando personajes a la historia (familiares, sanitarios, socioculturales) pueden constituirse en estructurales o incapacitantes.Dentro de las múltiples caras de la depresión, podemos identificar aspectos que son comunes a todas ellas en lo nosológico, lo interaccional-comunicacional, lo evolutivo, lo histórico, mítico y vivencial, y en definitiva, en las narraciones sintomáticas. Desde una perspectiva nosológica, podemos hablar de la tristeza que inunda los pensamientos y las conductas del depresivo. Esta se convertirá en la manifestación emocional predominante (cuando no única), cerrando el paso a otras manifestaciones del sentir humano. Otro aspecto fundamental es el sentimiento de incapacidad del depresivo que algunos asemejan al sentido por pacientes con problemas físicos (8). Sin duda la faceta que acompaña a la sintomatología depresiva en la mayoría de las depresiones, es la "incapacidad para desenvolverse como antes de estar así". Esto es algo que reclama el paciente, su familia, a veces ambos y en ocasiones ninguno. No nos parece casual que el recorrido de la depresión recurrente en todos los tratados devenga hacia el empeoramiento progresivo de la sintomatología en los episodios, con mayores dificultades para las remisiones totales. Quizá tenga que ver con la predominancia de la historia depresiva o tal vez con el consentimiento o acompañamiento por parte del entorno del depresivo o la familia, que en vez de diluir la historia depresiva, la fomentan en virtud de aspectos técnicos y objetividades, olvidando los aspectos relacionales y de contexto, produciéndose un efecto de alienación e incapacitación que reconfirmaría la historia depresiva. Se genera una dinámica relacional en la que el entorno del deprimido reacciona inicialmente protegiendo, cuidando y aconsejando, para posteriormente recriminar la falta de actitudes positivas y de cara al futuro del paciente, responsabilizándole de su estado y confirmando así al depresivo sus sentimientos de culpa, incapacidad y falta de interés por la existencia. Tipos de Terapias para la Depresión Terapia Psicoanalítica El psicoanálisis es muy efectivo en la depresión, ansiedad, fobia, angustia, fracaso laboral y escolar. El tratamiento psicoanalítico es de gran eficacia en: Depresión, estrés, inhibiciones y timidez, problemas de comportamiento, dificultades en el aprendizaje, hiperactividad, enuresis o micción nocturna, adicciones, obsesiones y fobias, alteraciones del lenguajes(disfasias, tartamudez, dislexia?), situaciones de cambio (menopausia, jubilación, divorcios ), trastornos alimentarios (anorexia, bulimia), agresiones , conflictos familiares, problemas sexuales (impotencia, frigidez, eyaculación precoz, inhibiciones), infertilidad, enfermedades psicosomáticas, cáncer y sida. Depresión y terapia cognitiva La terapia cognitivo conductual, a diferencia de las terapias psicodinámicas, que se focalizan en los pensamientos inconscientes y ponen énfasis en la catarsis, Se aboca a modificar comportamientos y pensamientos, antes que brindarle al paciente la oportunidad de simplemente descargar sus sentimientos. Está orientada hacia el presente, se investiga el funcionamiento actual y no hay mayores exploraciones del pasado, aunque por supuesto se hace una historia clínica y se pone énfasis en los patrones disfuncionales actuales de los pensamientos y conductas; aunque últimamente algunos terapeutas cognitivos, El énfasis de la TCC está puesto más en el “Qué tengo que hacer para cambiar” que en el “Por qué”. Muchas veces, el explorar expresamente y conocer cuáles son los motivos de lo que nos ocurre no alcanza a brindar una solución y no es suficiente para producir un cambio. Se utiliza terapias a corto plazo. Pone énfasis en la cuantificación, y se pueden medir los progresos obtenidos Desde la primera sesión se administran cuestionarios y planillas en los que se evalúan los síntomas específicos, en su frecuencia, duración, intensidad y características. Esta medición es repetida periódicamente hasta la sesión final, para tener una idea del cambio obtenido. La relación terapeuta-paciente es de colaboración y el enfoque es didáctico. Paciente y terapeuta se comprometen a trabajar con un objetivo común. Los pacientes pueden aportar sugerencias y participar en el diseño de las tareas para el hogar. En muchos casos, se utiliza la biblioterapia, que consiste en que el terapeuta recomiende o facilite libros, folletos o apuntes acerca del problema para que el paciente se informe de lo que le sucede. Tiende a fomentar la independencia del paciente. Dado que este tipo de terapia busca lograr un funcionamiento independiente, en ella se enfatiza el aprendizaje, la modificación de conducta, las tareas de autoayuda y el entrenamiento de habilidades intersesión. Además, se refuerza el comportamiento independiente. Está centrada en los síntomas y su resolución. El objetivo de la terapia es aumentar o reducir conductas específicas, como por ejemplo ciertos sentimientos, pensamientos o interacciones disfuncionales. El lugar de promover un, se definen objetivos concretos a lograr y de esa forma es mucho más fácil evaluar o modificar los síntomas específicos y saber claramente lo que se quiere obtener o hacia adonde apunta la terapia. Rechaza el principio de sustitución de síntomas. La falsa idea de sustitución, difundida por la escuela psicodinámica, que considera a un síntoma, que considera a un síntoma como una solución económica, la única salida a un proceso neurótico subyacente que si se elimina surgirán otros, es cuestionada por esta metodología. La meta de la TCC es eliminar, o al menos reducir los síntomas, y postula que si desaparecen, por ejemplo, por ejemplo, los síntomas de pánico, inmediatamente también va a haber una mejoría en otras áreas, sin que aparezcan otros síntomas que los reemplacen. Pone el énfasis en el cambio. Se le solicita al paciente practicar nuevas conductas y cogniciones en las sesiones, y generalizarlas afuera como parte de la tarea. Desafía la posición del paciente, sus conductas y sus creencias. Activamente se lo confronta con la idea de que existen alternativas posibles para sus pensamientos y patrones habituales de conducta, se promueve al autocuestionamiento. Se centra en la resolución de problemas. Al comienzo de cada sesión el terapeuta indaga acerca de los problemas en los que el paciente focalizó su trabajo y cuáles necesita resolver en ese momento. Al concluir la sesión, le pregunta si ha hecho algún progreso al respecto. Utiliza planes de tratamiento. Generalmente, la terapia utiliza planes específicos de tratamiento para cada problema, no utilizando un formato “único” para las diversas consultas. Propone una continuidad temática entre las sesiones. En cada sesión se revisan las tareas indicadas para la semana anterior, se estudia cuál es el problema actual y se planean actividades para la semana siguiente. Desmitifica la terapia. El plan de tratamiento y el proceso terapéutico retiran el “velo de misterio” que cubre a casi todas las psicoterapias, al permitirle al paciente un libre acceso a la información teórica o metodológica mediante la biblioterapia. Tiene una base empírica y trabaja con la participación activa del paciente. Las tesis cognitivo-conductuales han sido ampliamente comprobadas respecto de su eficacia para tratar una variedad de trastornos. Es decir, más que simplemente decir que funciona, esta comprobado que funciona..........................

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