15/9/09
La Depresión puede afectar la supervivencia al cáncer
13/9/09
La contaminación atmosférica afecta al desarrollo infantil
Desarrollo cerebral
El modo en el que la contaminación de los hogares actúa sobre el desarrollo cerebral infantil es otro tema de estudio. Atrae el interés de científicos del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) de Barcelona y del Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM) del Hospital del Mar. Después de analizar la calidad del aire del hogar en el que residían 482 niños en Menorca, todos ellos fueron sometidos al test McCarthy para evaluar sus habilidades infantiles a los cuatro años de edad. En la revista "American Journal of Epidemiology", se desvela que, con independencia de otros factores, la contaminación del hogar está relacionada con el desarrollo neuropsicológico de los niños. El motivo principal se encuentra, aseguran los investigadores, en el dióxido de nitrógeno, un gas tóxico para el organismo que se produce en la combustión del gas natural, entre otros. Parece ser que, en altas concentraciones, favorece la aparición de trastornos de comportamiento en los niños. Los efectos negativos fueron más visibles en personas con una variante del gen GSTP1, que codifica para la mayoría de enzimas antioxidantes encargadas de combatir el estrés oxidativo del organismo.Depósito de contaminantes
En el cuerpo se almacenan numerosas sustancias tóxicas para los humanos. Un estudio de IMIM certifica que, en su mayoría, son residuos industriales y pesticidas para la agricultura, que llegan a través de la cadena alimentaria. Los investigadores analizaron la sangre de 919 individuos que participaron en una encuesta de salud en 2002. El objetivo era hallar las concentraciones en sangre de los tóxicos estudiados. Según explica Miquel Porta, investigador del IMIM y catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), "los resultados revelan que ningún catalán está libre de algunos de los 19 compuestos analizados. En todos los casos se detectaron, al menos, tres toxinas. Los análisis ponen de manifiesto que un 88% de la población tiene en el organismo restos de residuos de DDT, un insecticida ya prohibido. Su principal producto de degradación, el DDE, se encuentra en toda la población estudiada. En más del 96% de la población se encontraron también plaguicidas prohibidos, como el Hexacloro-benceno (HCB) y el Hexacloro ciclohexano (BHCH), además de aislante eléctrico cuya comercialización tampoco está permitida, el Pentacloro bifenil (PCB), que se halló en más del 85%. Con todo, los investigadores señalan que un 62% de la población catalana tiene, al menos, 10 de las 19 sustancias tóxicas analizadas. "La mayoría en concentraciones bajas", aclara PortaLAS MUJERES, MÁS AFECTADAS
El estudio sobre sustancias tóxicas del IMIM demuestra que los niveles más altos de toxicidad se encuentran en las personas obesas o con sobrepeso y de mayor edad. Puesto que la principal vía de entrada de sustancias tóxicas en el organismo es la grasa animal, quienes más incluyen este alimento en su dieta habitual, revelan una mayor concentración de tóxicos. Las mujeres son quienes tienen también mayores niveles de toxicidad, aunque se desconoce con exactitud el motivo. Una de las razones esgrimidas por los investigadores es su relación con la obesidad, más frecuente en el sexo femenino. Miquel Porta señala que los tóxicos se han detectado en todas las culturas y clases sociales, ya que los alimentos se distribuyen de forma global y es difícil eliminar los tóxicos del entorno. Un ejemplo es el DDT, prohibido desde 1977, pero que 30 años después todavía persiste en más del 80% de la población.La psicoterapia puede aliviar la depresión posquirúrgica
Un estudio encuentra que dos técnicas fueron eficaces en los pacientes tras procedimientos de bypass cardiaco.
Dos tratamientos no farmacológicos, la terapia cognitivo conductual y la gestión de apoyo al estrés, parecen más eficaces que la atención usual para el tratamiento de la depresión en pacientes que se han sometido a una cirugía de injerto de derivación de la arteria coronaria (CABG, por su sigla en inglés), encuentra un estudio reciente.
Alrededor del 20 por ciento de los pacientes de bypass o derivación sufren de depresión mayor, y otro 20 por ciento experimentan formas más leves de depresión, según la información de respaldo de un estudio de Kenneth E. Freedland, de la Facultad de medicina de la Universidad de Washington en St. Louis y colegas.
El estudio incluyó a 123 pacientes de depresión mayor o menor al año tras un bypass. Se les asignó aleatoriamente a atención usual (40 pacientes) según lo determinaba un médico, doce semanas de terapia cognitivo conductual (41 pacientes), o doce semanas de gestión de apoyo al estrés (42 pacientes).
En la terapia cognitivo conductual, un psicólogo o trabajador social ayudaba a los pacientes a identificar los problemas y desarrollar técnicas cognitivas para vencerlos. En la gestión de apoyo al estrés, se aconsejaba a los pacientes sobre cómo mejorar su capacidad para afrontar eventos vitales estresantes.
Todos los pacientes fueron evaluados al inicio del estudio, y nuevamente a los tres, seis y nueve meses. Tras tres meses, se observó una remisión de la depresión en el 71 por ciento de los pacientes del grupo de terapia cognitivo conductual, el 57 por ciento de los pacientes del grupo de gestión de apoyo al estrés, y el 33 por ciento del grupo de atención usual.
Tras nueve meses, los índices fueron de 73 por ciento en el grupo de terapia cognitivo conductual, 57 por ciento en el grupo de gestión de apoyo al estrés, y 35 por ciento en el grupo de atención usual.
"La terapia cognitivo conductual también fue superior a la atención usual en la mayoría de resultados psicológicos secundarios, que incluían ansiedad, desesperanza, estrés percibido y el componente mental (pero no físico) de la calidad de vida relacionada con la salud. En la mayoría de estas medidas, en las tres evaluaciones de seguimiento se encontraron diferencias entre la terapia cognitivo conductual y la atención usual. La gestión de apoyo al estrés fue superior a la atención usual sólo en algunas de estas medidas", escribieron Freedland y colegas.
"En conclusión, este ensayo aleatorio y controlado mostró que la terapia cognitivo conductual era un tratamiento eficaz para la depresión en pacientes con un historial reciente de cirugía de bypass coronario", apuntaron los investigadores. "La gestión de apoyo al estrés también fue superior que la atención usual para la depresión en estos pacientes, pero tuvo efectos más pequeños y menos duraderos que la terapia cognitivo conductual".
El estudio aparece en la edición de abril de la revista Archives of General Psychiatry.